Contigo la luna yo podría conquistar!
Dicen que un deseo no muere, insiste, insiste hasta que se hace realidad.
Un deseo que no se realiza nos vuelve tenaces, o nos obsesiona. Pero algo que dejamos de lado, algo que ignoramos, por negligencia, cobardía, se convierte en asignatura pendiente.
Una asignatura pendiente es algo más que un dese insatisfecho, es algo que te encierra en el pasado, es un ciclo que no podes cerrar.
Una asignatura pendiente es una vuelta al pasado para poder avanzar hacia el futuro.
Uno no va detrás de una asignatura pendiente, es ella la que te persigue.
Una asignatura pendiente te atrapa en un momento y no te deja avanzar.
Una de las cosas más difíciles de las relaciones es saber exactamente que quiere el otro de vos o con vos.
Cuando alguien te trata mal te preguntas por qué ¿Qué quiere de mí? O cuando alguien te trata muy bien ya desconfías ¿Qué quiere en realidad?
Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía ¿De que desconfía el santo? De las intenciones del que da las limosnas.
Nunca se puede estar seguro de que es lo que quiere el otro y esa incertidumbre genera una especie de angustia.
Y como esa duda nos genera angustia empezamos nosotros a dar respuestas y tratar de adivinar que quiere el otro en realidad.
Asumimos y presumimos, damos una respuesta rápida y avanzamos, tal vez nos equivocamos pero ya no tenemos la angustia de no saber que quieren de nosotros.
Angustia mucho no saber que quiere el otro de vos, te inquieta, te perturba. Por eso nos volvemos desconfiados, nos ponemos a la defensiva, asumimos siempre que las intenciones del otro no son buenas.
Nunca podemos saber que quiere el otro o por qué nos quiere, eso es un eterno misterio ¿Por qué siempre caemos en la trampa de dar respuestas apresuradas?
El bello siente que lo quieren solo por su belleza, el rico por su riqueza, el poderoso por su poder ¿Por qué pensamos tan mal del otro?
El otro, sus intenciones siempre son una amenaza para nosotros ¿Por qué?
Pero si dejáramos de adivinar y le diéramos la chance al otro de demostrarnos que siente, que quiere y por qué nos quiere tal vez nos sorprenderíamos.
Si soportáramos esa angustia de no saber que quieren de nosotros tal vez algo nuevo podría llegar a nuestra vida.
Si pudiéramos dejarnos atravesar por el deseo del otro, dejar que quieran algo, que nos quieran, dejar que pretendan cosas de nosotros porque eso es existir.
El deseo del otro nos atemoriza, sentimos que quiere arrebatarnos algo muy preciado. ¿Pero no es eso en definitiva lo que anhelamos? Que nos quieran por lo que somos, por lo que tenemos, por eso que nos hace únicos.
¿Qué quiere el otro de mí? No sé, me quiere por las razones que sea, me quiere. ¿Tanto cuesta hacerse cargo de eso?
Tocar tu corazón. Tal vez eso es lo que quiere el otro cuando quiere algo de vos.

¿Cómo puede ser que alguien llegue a ser a veces lo que llega a ser? A veces ves en lo que se convirtió un adulto y te preguntás ¿Dónde quedó el niño que fue?
¿Dónde quedan los sueños, los juegos de la infancia? ¿Dónde queda la inocencia?
¿Cuánto hay en un chiquito del adulto que será? ¿Cuánto hay en un adulto del chiquito que fue?
¿Crecer es dejar de jugar un juego para pasar a jugar otro? ¿Crecer es olvidarte del niño que fuiste?
Cuando sos chico el juego es algo muy serio. Cuando sos grande el juego es algo muy serio.
Cuando somos chicos jugamos a la mamá y el papá, a la guerra, a la oficina, al doctor… En realidad jugamos a ser grandes.
Nos enseñan a jugar un juego, pero cada uno lo reinventa a su manera. ¿Esos juegos de la infancia son algo así como nuestros ensayos de la vida futura? ¿Cuándo somos grandes por qué jugar es algo negativo? ¿Por qué miramos mal a alguien que juega con la otra persona?
Cuando sos chico los juegos no tienen consecuencias. Terminas de jugar, los juguetes vuelve a la caja y el soldadito que murió en la batalla mañana sirve para otra guerra. Pero cuando sos grande el resultado del juego es definitivo.
Ser grande es jugar un juego que parece conocido, pero no lo es.
En un juego hay reglas, siempre, no existe un juego sin reglas. Es imposible jugar sin ellas.
Pero cuando el juego deja de ser un juego de chicos ¿Es posible querer jugarlo con las mismas reglas? ¿No es eso ser infantil?
Para un nene jugar es desear, soñar. Para un adulto a veces vivir es obsesionarse con que la vida sea como la soñaste, jugando.
El nene que juega se entrena. Juega a resolver conflictos, acumula recursos, arma su caja de herramientas. Jugar es ensayar, es explorar los limites, las posibilidades de lo que llegaremos a ser.
Cuando sos chico y termina el juego todos los soldaditos vuelven a la caja y mañana sigue. Cuando sos grande fin de juego significa fin de juego.

Los días van pasando vos ni te das cuenta y de pronto, primavera. La vida va cambiando silenciosamente, pero un día abrís los ojos y ves que todo cambió.

Pero no solo la vida cambia sino que también cambia nuestra manera de ver la vida. Un día te das cuenta que lo que ayer veías de una manera hoy lo ves de otra. Cosas que antes ni veías de pronto las empezas a ver en todos lados. Es como un despertar. Y cuando eso se despierta todo cambió, no se puede frenar, como la primavera.

Y cuando cambió la vida y tu manera de ver la vida ya nada se puede hacer. Es tiempo de cambios.

Hay cambios que llevan tiempo, pero a veces es tiempo de cambiar. A veces hay que ponerse los pantalones largos, tomar la iniciativa y hacer el cambio.
Saber a qué cambios o cuando es tiempo de cambiar es algo muy difícil, pero tal vez de eso se trate ser adulto.
Hay una gran diferencia en darle tiempo a algo y dejar pasar el tiempo. Darle tiempo a algo es dejarlo madurar, es tener la valentía de saber esperar. Dejar pasar el tiempo es tener la cobardía de no hacer lo que queres hacer cuando lo queres hacer.
Que el tiempo pase y el cuerpo te cambie es natural, no dejar pasar el tiempo y cambiar eso es madurar.
Madurar es tal vez aceptar los cambios que vienen con el tiempo y saber cuándo es tiempo de cambiar. Por eso es tan difícil ser adulto, porque no es una cuestión de edad, podes tener 15 y ser muy maduro o tener 50 y ser infantil.
Yo era una nena que se negaba a aceptar que había cambiado, hoy quiero ser una mujer que sabe cuándo es tiempo de cambiar.
Tal vez hoy deje de ser una nena y aprenda a aceptar los cambios que trae el tiempo y aprenda a distinguir cuando es tiempo de cambiar.

Las mujeres siempre tenemos el poder, y al poder nos lo dan los hombres. Porque todo lo que hacen ellos, sean padres, hijos, amantes o enemigos simplemente lo hacen para llamar nuestra atención.
Los hombres nunca saben cómo vamos a reacciones, y eso los descoloca, los sorprende, los desestabiliza.
Somos las mujeres las que siempre decimos sí o no, y en realidad les hacemos crearon a los hombres que son ellos los que dicen sí o no.
El poder de las mujeres reside también en cuanto nos necesitan los hombres, se sienten perdidos si les damos la espalda.
Los hombres nos temen, por eso somos tan poderosas. Pocas cosas nos pueden frenar.

Somos las mujeres las que entendemos bien el poder, está en nuestra naturaleza, en nuestra ideología. El hecho de ser madre, eso es poder ¿o no?

El poder de una mujer está en su corazón, en su intuición, en su instinto de protección.
El poder de las mujeres está en su capacidad infinita de dar amor. Son los únicos seres capaces de experimentar el amor incondicional. Saben dar, cuidar y proteger la vida, y amar pase lo que pase.
Maridos, hermanos, hijos, padres, amigos y novios le deben todo al amor de una mujer. Y todo lo que hacemos es un intento por corresponderlas. Es un elogio a la mujer.
Los nenes jugamos a los soldaditos, las nenas a las muñecas. Nosotros nos preparamos para conseguir la gloria y ofrecérsela a ustedes. Ustedes se preparan para darnos la vida.
La mujer vive para amar, y ese amor inmenso y arquetípico se transforma en fuente de energía para todos los que ocupamos un lugar en su corazón.



Una promesa es como dar un cheque, tenes que tener fondos para poder pagarlo. Una promesa es como viajar en el tiempo, es asegurarle a alguien que en un futuro las cosas van a ser como vos decís.
Una promesa no es una posibilidad, es un hecho, es decirle a alguien ‘contá con eso’.
Cuando le prometes algo a alguien tenes que saber que el otro cuenta con eso. Sos responsable de lo que prometes.
Para cumplir una promesa hay que resistir, porque uno nunca promete algo fácil, siempre prometemos cosas difíciles que llevan sacrificio y esfuerzo.
Porque una promesa incumplida es una deuda que crece y te persigue a todos lados.
Para cumplir una promesa hay que tener fe. Para cumplir una promesa hay que ser perseverante, como en un ring de box donde se pelea hasta el último round.
Para cumplir una promesa hay que darle valor a las palabras. Una promesa es un juramento donde la palabra es la garantía.
¿Hay instrucciones para cumplir una promesa? Creo que sí. Todas se reducen a una regla clara y sencilla, tan solo cumplir con lo prometido.


De mis sueños creo que un día escapó para esconderse dentro de mi CORAZÓN!



No hago más que extrañarte corazón... 

Tengo el alma en pedazos, ya no aguanto esta pena tanto tiempo sin verte es como una condena...

es tan bonito tener tu cariño, yo no soy nada si no estoy contigo,  tenerte siempre conmigo, ser tu abrigo en las noches de frio...


Se me hace tan dificil olvidar tantas cosas... es increible como me cuesta aceptar esta guerra perdida... busco razones para olvidar... me siento presa a tu amor y no quiero la libertad... si tan solo pudiera volver el tiempo atras o tan solo hacer algo para que todo vuelva a hacer como antes o un poquito como antes por lo menos... no quiero que esto se termine nunca... nunca voy a perder la fe... me duele tanto no tenerte... me pesa tanto ese adios que me dijiste... perdoname si hice algo malo, perdoname por no demostrarme tal cual soy... me siento solo una sombra sin rumbo y sin paz... 

Queda prohibido llorar sin aprender, levantarse un dia sin saber que hacer, tener miedo a tus recuerdos..

Queda prohibido no sonreir a los problemas, no luchas por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no demostrar tu amor, hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.

Queda prohibido dejar a tus amigos, no intentar comprender lo que vivieron juntos, llamarles solo cuando los necesitas.

Queda prohibido no ser tú ante la gente, fingir ante las personas que no te importan, hacerte el gracioso con tal que te recuerden.

Queda prohibido olvidar a toda la gente que te quiere, no hacer las cosas por ti mismo, tener miedo a las vidas y a sus compromisos.

Queda prohibido no vivir cada dia como si fuera un ultimo suspiro, echar a alguien de menos sin alegrarte

Queda prohibido olvidar sus ojos, su risa, todo porque sus caminos han dejado de abrazarse, olvidar su pasado y pagarlo con su presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas, pensar que sus vidas valen mas que la tuya, no saber que cada uno tiene su camino.

Queda prohibido no crear tu historia, no tener un momento para la gente que te necesita.

Queda prohibido no comprender que lo que la vida te da, tambien te lo quita.

Queda prohibido no buscar tu felicidad, no vivir tu vida con actitud positiva, no pensar que podemos ser mejores.

Y queda PROHIBIDO no sentir que sin ti en este mundo no seria igual...